Salvar Notre Dame cuando acabe el mundo

Madrid

"La catedral de Notre Dame es un símbolo de Europa y nosotros somos europeos". Lo primero lo de casa, me parece bien. Qué lastima no haberlo empadronado en Sotosalbos para ponerlo en dilemas peores.

De todos modos, lo que ha hecho Martínez Almeida me parece algo muy complicado. Una ejecución difícil. Los niños son plazas muy, muy complicadas. Lo mínimo que puedes pensar de ellos es que si tú eres alcalde de Madrid, y ellos no han votado, a lo mejor están jugando en otra liga.

Por no hablar de que te vas a la televisión autonómica para que te graben en una clase dándoles un mitin a los chavales, explicándoles lo que es la derecha y lo que es la izquierda, el día en que te cargas una radio municipal, M21, de contenidos culturales llamándola Radio Carmerna, y quieres marcarte un TeleAlmeida que saliste vivo de milagro. Que te faltó ponerte nervioso y encender un cigarro allí, echando el humo.

Mi conclusión es que no hay hábitat para estas especies nuevas de políticos. Por eso merodean por los colegios, el tráfico, los despachos. No saben todavía dónde estar, de quiénes rodearse. Era cuestión de tiempo que Almeida acabase irrumpiendo en la clase de un colegio, buscando comprensión entre quienes pensaba él que la tendría.

Mira, hay pocas cosas que se quieran aprovechar más en la política, en el deporte y en la vida que los niños. Pero son imprevisibles políticamente, son correosos. La cara de esa niña cuando Almeida antepone Notre Dame al Amazonas es la cara de todos, una fusión de rasgos, asombros y miedos. Es la cara de los romanos cuando llegaron a Finisterre y vieron que el sol se metía dentro del mar. Esa estupefacción, ese horror. Es la cara con la que acabará el mundo, empezando por el Amazonas.

Únete al canal de WhatsApp de la SER