¿La violencia como mero recurso informativo?
Madrid
Una chica de 14 años ha sido brutalmente agredida en Madrid a las puertas de su centro escolar por dos antiguas compañeras de su anterior colegio, del que tuvo que salir porque sufría acoso. Otra chica más grabó las imágenes, que fueron colgadas después en las redes, mientras un grupo de 15 cómplices adolescentes contemplaba la situación y cerraba la escapatoria de la víctima.
La agresión lo tiene todo: el acoso brutal, la persistencia de las agresoras en su empeño violento, la expectación de los cómplices pasivos y la prolongación del daño mediante la difusión de las imágenes del ataque, una negra moda que se extiende y de la que la Fundación ANAR (Atención a Niños y Adolescentes en Riesgo), lleva advirtiendo desde hace más de una década. Hoy es un día para la reflexión a la que están llamados los padres, los adolescentes, los profesores… Pero también quienes trabajamos en los medios y manejamos la imagen y el sonido de la agresión, sin saber hasta qué punto conciencian o incitan, denuncian o amplifican la hazaña. Imágenes que tienen un indudable valor informativo que, sin embargo, se diluye cuando se convierten en mero recurso repetido como un bucle para aderezar la información.