Deconstruyendo a Franco

Madrid

Ha reeditado la Editorial Anagrama, junto al ayuntamiento de Barcelona, un libro del inolvidable Manuel Vázquez Montalbán que convendría que leyeran las nuevas generaciones de españoles, esas para las que el franquismo es sólo un episodio borroso del pasado. Se llama 'Diccionario del franquismo', y entre otras cosas nos permite recuperar la rancia fraseología del régimen, que es buen indicador de su carácter. Somos lo que decimos y cómo lo decimos. Y ese régimen autoritario y cuartelario que demoró décadas el progreso de los españoles queda retratado a la perfección en sus modos de decir y de decirse. Sólo desde la abdicación de todo pensamiento crítico y propio, desde la resignación a quedarse varado en un paraje ficticio de la Historia, podía entenderse la sumisión a aquello, y puede hoy, por más que haya quienes se esfuercen en blanquearlo, disculparlo y aun justificarlo, su nostalgia y su reivindicación. Puede que le sobre a esta edición, ahí quizá pese el influjo municipal, un trabajo de ilustración excesivamente obvio en su mensaje antifranquista, o la nota que caracteriza a Barcelona, lugar natal del autor, como capital de un país ocupado. No hubo tal ocupación foránea, ni de Barcelona ni de Madrid, sino un fracaso de todos los españoles, al conseguir que durante cuatro décadas un personaje tal troquelara y decidiera a su antojo sus destinos.