Recibe el premio al mejor expediente 6 años después de graduarse

Madrid

Hoy viene a La Ventana a contarnos su experiencia Marcos Antón, que, por fin, recibió ayer el Premio Nacional de Fin de Carrera de manos del ministro de Ciencia, Innovación y Universidades.  Le avisaron de que iba a recibir el galardón en 2017, porque los trámites burocráticos son lentos, pero nunca llegó a tenerlo en sus manos.  Cancelaron los actos de homenaje justo cuando le tocaba a él: “lo recuperaron el año pasado pero de nosotros se habían olvidado, nuestra promoción de 2012-2013 se quedó por ahí colgada”.

Pero lo que más le indigna de todo esto es el desprecio que sufren los estudiantes excelentes cuando terminan la carrera. “Si miramos a Europa, que es a quien nos queremos parecer, esto no ocurre así” porque, dice, que al que tiene muy buenas notas “se lo rifan las empresas privadas y se lo rifan también las instituciones y el estado”.

“Yo he tenido mucha suerte”, comenta Marcos. Sin embargo, no todos sus compañeros pueden decir lo mismo. Algunos han tenido que emigrar para lograr un trabajo digno, y “hay otros que se han vuelto a casa de sus padres seis años después a seguir viviendo de ellos”. Por eso, declara que “una forma bonita de reconocer este premio sería con acciones que nos permitan desarrollarnos profesionalmente”.