Mentiras, mentiras, mentiras

Hay que ser muy cándido para tomarse en serio las bravuconadas que gustan de lanzarse a la cara estos políticos de los que tanto disfrutamos. Andan de discusiones sobre cuotas de poder y ahí sí que pintan bastos, que mientras hablábamos de ideología y esas bobadas todo iba bien. Pero si se trata de cargos -o del presupuesto que llevan consigo, a qué engañarnos- la cosa se pone más seria.

Las trampas y fullerías, mentira tras mentira, entre el PP, Ciudadanos y Vox, cual reunión nocturna de salteadores de caminos, corren el peligro de quedarse en poca cosa si Sánchez y Podemos no zanjan, más pronto que tarde, esa lucha insultante para millones de votantes que se inclinaron, como es evidente, por un gobierno de izquierdas.

Pero tiempo habrá de seguir con esta vaina, que el Ojo quería hoy mostrar su absoluto hartazgo ante tanto político hipócrita y tanto politólogo ventajista, que emparejan el "No es no" de Sánchez con el "No es no" del menguante Rivera o el pimpollo Casado. Obvian lo evidente: que entonces había que dar carta blanca a un partido corrupto hasta las cejas, salpicado de presidiarios. Hoy se trata de obligar a Sánchez a que salga elegido con la abstención o los votos de la izquierda y los independentistas para a continuación echarse sobre sus espaldas cual buitres. Juego sucio y repugnante.