El juicio del Procés. Punto y seguido
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undefinedVÍDEO: Pablo Palacios
Madrid
El llamado juicio del procés quedó visto para sentencia y lo único seguro es que dicha sentencia creará jurisprudencia pero no pondrá punto final a la gran controversia sobre lo ocurrido. Las posiciones siguen inalterables, radicalmente antagónicas, en el último minuto del juicio como en el primero. Para unos, un golpe de Estado, un delito de rebelión, el mayor crimen democrático. Para otros, en el extremo opuesto, un movimiento cívico en defensa de un derecho colectivo: la mayor virtud democrática.
He seguido el juicio con la máxima atención, pero carezco de conocimientos jurídicos para aventurar si el tribunal considerará probada la existencia de violencia en el grado requerido para apoyar la calificación de rebelión. Es el nudo gordiano del caso. Por lo que se ha mostrado y probado, a mí me ha dado la impresión de que esa acusación estaba muy cogida por los pelos. Pero más indefendible me ha parecido la línea argumental de los acusados, que no creían merecer ni el más mínimo reproche legal por actuaciones de gravedad incuestionable, como la reiterada desobediencia a las decisiones del Constitucional, la aprobación de una ley de ruptura, como la de transitoriedad jurídica, o la proclamación unilateral de independencia. Iniciativas que durante la vista han presentado como algo banal o simplemente simbólico.
Por eso es dificilísimo esperanzarse con lo que vaya a ocurrir tras la sentencia, cuando finalizada la tarea de la justicia, el conflicto regrese a la política. Porque si el secesionismo no reconoce la menor ilegalidad en sus actuaciones, si entiende que solo es digna de respeto la legalidad que emana de las instituciones catalanas, los diálogos con los representantes de la Administración Central del Estado, que siempre he pedido y seguiré pidiendo, estarán condenados a la esterilidad.
Hay algo indiscutiblemente positivo: el juicio ha sido transparente y ejemplar desde el punto de vista procesal. Lo ha reconocido con esas mismas palabras Xavier Melero, uno de los abogados defensores de los acusados. El juez Marchena lo ha dirigido de forma modélica. La sentencia, en octubre.
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El juicio del Procés. Punto y seguido