Madrid no tiene culpa
Madrid
Es un poblachón que creció como algunos adolescentes atolondrados. Aquí nadie te pregunta de dónde vienes, a pesar de que es la capital de un país que ensayó los dientes de la xenofobia. Fue capital del dolor, como escribió Umbral, y ahora es, para suerte o desgracia, la capital del Estado, así que todo aquel que quiere arremeter contra lo que pasa dice que la culpa la tiene Madrid. Y Madrid no tiene culpa, en realidad. Hoy es su día grande, y la amo, entre otras cosas porque aquí nació mi nieto y vive mucha de la gente a la que admiro.