La radiografía de la dependencia en España
Unas 250.000 personas en España están a la espera de recibir alguna prestación por dependencia
80 personas se mueren al día sin llegar a percibir la prestación que les corresponde
Las Plataformas en defensa de la Ley de dependencia piden que se cree un Ministerio de mayores y consejerias para coordinar y hacer efectivas las ayudas
La radiografía de la dependencia en España
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Madrid
Doce años después de su entrada en vigor, la Ley de dependencia sigue siendo un caos. En España 1.054.275 personas reconocidas como dependientes reciben algún tipo de prestación, pero otras 250.000, a las que ha sido adjudicada la ayuda todavía la están esperando. Las largas listas de espera provocan que algunos enfermos, incluso fallezcan antes de recibirla. Además, las grandes diferencias entre Comunidades Autónomas hacen que sea más fácil conseguir la prestación dependiendo del lugar en el que vivas.
Pedir una ayuda para la dependencia es un camino largo y farragoso. "Tienes pedir hora en la trabajadora social; te dan para un mes, luego rellenar solicitudes; ir al médico para pedir que te den un informe, y cuando está todo, entonces la trabajadora social viene a ver qué grado de dependencia tienes", cuenta Cinta Pascual, presidenta del Círculo empresarial de Atención a las personas (CEAPs).
Los grados de dependencia van del 1 al 3 y en función de eso, se adjudica una ayuda que puede ser económica, asistencial o una plaza en un centro, entre otras. "Cuando te dan el grado, que han pasado 6 meses, 7 meses o un año; te asignan un recurso y hasta que te lo dan puedes estar un año o dos más en lista de espera", explica Pascual.
Precisamente, lo que le pasó a Vicente, el padre de Pilar: "Hubo un largo proceso desde que las solicitamos, pasando por entrevistas, cumplimentando impresos... y tardaron tanto que mi padre murió y no nos llegaron a otorgar la ayuda". En 2018, 30.409 personas reconocidas como dependientes fallecieron sin haber recibido prestación o ayuda, es decir, más de 80 personas al día, según el XIX Dictamen del Observatorio de la Dependencia. Una vez fallecida la persona, se pierde todo el derecho a cobrar ningún tipo de ayuda.
Durante todo este tiempo de espera, el coste y el cuidado de la persona corre por completo a cargo de las familias. "Solicité una ayuda para mi padre, que tiene una enfermedad mental, en febrero de 2018. Aún no sé qué tipo de ayuda le corresponde porque ni si quiera está valorado", cuenta Inma. "Va a un centro de día todas las mañanas y dos tardes. Así también es un respiro para mi madre. Me gustaría llevarlo todos los días más horas pero son 600 euros al mes, es un coste muy grande", explica.
El lugar en el que enfermes
Existen 19 interpretaciones diferentes de la ley según la Comunidad Autónoma. Una persona que vive en Andalucía tiene el doble de posibilidades de ser reconocida como dependiente que otra que está en Galicia, en Canarias o en Asturias. Esto es lo que se desprende del Informe de El Caos de la dependencia, en el que el Círculo empresarial de Atención a las Personas ha recogido datos de todas las Consejerías.
En Cataluña, por ejemplo, los dependientes en el limbo sin prestación son un 32,6% mientras que en Castilla-León este porcentaje baja hasta el 1,55%.
También varía el gasto del PIB. Cantabria es la Comunidad que más gasto hace por dependiente (8.645 euros), seguida de El País Vasco (8.458) y Madrid (7.677). En la parte baja de la tabla se encuentra Andalucía con un gasto de 5.324 euros por persona.
En general todas las autonomías suspenden en lista de espera y gasto del PIB. Cantabria aporta el 1% frente al 0,33% que aporta Baleares. Pero la media Española está en el 0,54% y esto se queda lejos de la media europea del 2%.
Un Ministerio de mayores
"No existe ningún sistema de urgencia. La gente puede pensar que se va a morir sin necesitarla. Entonces, cuando una persona entra en el hospital no hay ningún sistema por el que salga de ahí con una ayuda. En cambio, sale siendo completamente dependiente. Necesitando a alguien que le dé la comida, que lo acueste... ¿Y si no hay familia? ¿y si la familia trabaja?", explica Pascual.
La solución, según ellos, pasa por crear un Ministerio de mayores y Consejerías de mayores para centrar todos los procesos y crear un liderazgo desde el que se gestionen y se coordinen todas las ayudas.