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Un mal día lo tiene cualquiera

La pésima idea de Rudolf Hess (aparte de ser nazi)

El 10 de mayo de 1941, Rudolf Hess decidió cogerse un avión a Reino Unido, tirarse en paracaídas y ofrecer un trato. Salió mal, muy mal

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Ser nazi ya es de por si una idea bastante propia de gente con un cerebro a medio hacer. Pero dentro del conjunto de personajes que formaban la cúpula nacionalsocialista, hoy destacaremos la “brillante” idea que tuvo uno de ellos un 10 de mayo de 1941.

Ese alguien no era precisamente un cualquiera dentro de la estructura del partido nacionalsocialista: era Rudolf Hess, el hombre designado por Hitler como segundo en la línea de sucesión en caso de fallecer él. Hess era conocido por su feroz lealtad al Führer, pero la verdad es que no era el tío más espabilado del mundo. Cuando los nazis empezaron su política exterior agresiva y particularmente cuando empezó la 2ª Guerra Mundial en 1939, fue progresivamente apartado de los centros de decisión.

Y Hess, que no tendría muchas luces pero sabía ver cuando le estaban haciendo la cama, decidió mostrar al mundo que él también podía ser un emprendedor. Así que en la primavera de 1941 tomó una decisión que creía que cambiaría el rumbo de la guerra y lo volvería a situar en el olimpo de los nazis. Volaría hasta el Reino Unido, el único país que quedaba en pie en ese momento en la lucha contra Hitler, y pactaría con los ingleses una paz que pusiese fin a la guerra.

Así que el 10 de mayo de 1941 cogió un avión en solitario, lo pilotó hasta Escocia y se tiró en paracaídas. Su propuesta a los británicos, de respetar su imperio a cambio de darle rienda suelta a los nazis en Europa, no recibieron ni respuesta del gobierno. Fue tratado como prisionero de guerra y así pasó el resto de su vida. Hitler, por su parte, dijo que Hess sufría de “alucinaciones pacificistas”.

Eso sí, lo de tirarse en paracaídas en manos del enemigo le sirvió a Hess para evitar la pena de muerte. Claro que lo de pasarse el resto de su vida, hasta 1987, encerrado en la prisión de Spandau, en Alemania. Tampoco es que sea un planazo, la verdad.

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