El silencio antes de la siguiente campaña
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Madrid
Discreción, paciencia, calma. Tanto el partido ganador de las elecciones del domingo, el PSOE, como el bloque progresista en su conjunto, ganador de la división que la derecha marcó en el suelo entre buenos y malos españoles, se toman sin prisas la digestión electoral.
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El PSOE ha dejado claras dos cosas anoche. Una, que la orientación de su gobierno será progresista. Y dos, que las negociaciones no se concretarán hasta después de las elecciones del 26 de mayo. Entre otras cosas porque no hay tiempo material antes. El PSOE quiere repetir un gobierno en solitario apoyándose en los progresistas, como Costa en Portugal. Pero Unidas Podemos insiste en que aunque ha perdido un 40% de representación y tiene muchos menos escaños esta vez no entregará su apoyo en la investidura sin entrar en el gobierno.
Todos los agentes económicos y sociales, intentarán meter la cuchara. Pero el PSOE de Sánchez, que duplica en resultados al siguiente partido, el PP, y triplica a su socio preferente, Unidas Podemos, parece dispuesto a liderar el proceso con autonomía. Habrá negociación intensa y larga entre los socios progresistas, pero sin estridencias.
Mucha más urgencia se ve en los tres partidos que, antes de la nueva campaña que tenemos en ciernes, deben responder a la pegunta: quién manda en la derecha. Casado pide tiempo, Rivera se autoproclama jefe de la oposición y Vox anda ajustando los estribos al tamaño real del caballo que galopa.
Pero mientras lo resuelven, bienvenido sea el silencio, ¿lo oyen? El silencio y la calma antes de que nos metamos en la siguiente campaña electoral.