Muy bronco
Si esto va de bloques, el menos perjudicado del envite seguramente ha sido el bloque progresista
Dicen que el debate de anoche fue más ágil. Quizá. Pero fue sobre todo mucho más bronco y desagradable. No es seguro que aclarase mucho las ideas a mucha gente. Salvo una impresión: el conjunto de la izquierda pareció menos salvaje y un poco menos gaseoso que la alianza de la derecha. Porque Pedro Sánchez resistió, con dificultades, el intento de demolición lanzado por sus rivales, y se acreditó otra vez como un notable superviviente. Y Pablo Iglesias sacó el mejor provecho de sus dotes explicativas.
Enfrente, Pablo Casado despertó de su letargo anterior. E intentó rivalizar con la zancadilla permanente de Albert Rivera al presidente del Gobierno. Con algún éxito. Al menos táctico.
Pero lo más nuevo del espectáculo, a muchos ratos de mal estilo, fue que la pelea entre las dos derechas que se quieren socias se equiparó a la lucha de estas contra las izquierdas. Aunque estén muy de acuerdo, Casado y Rivera aparentaron mucha inquina mutua: como si los desacuerdos secundarios los doblegasen. Y aunque Sánchez e Iglesias frecuentemente mantienen discrepancias, lanzaron el mensaje de ser capaces de pactarlas sin estrépito. Si esto va de bloques, el menos perjudicado del envite seguramente ha sido el bloque progresista.
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Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...