Nadie pone la mano en el fuego

Barcelona

Adivinar el futuro forma parte de los sueños de un ser contingente como es el hombre. Vivimos en la incertidumbre, ansiosos por saber con certeza qué pasará mañana. Es probablemente esta pulsión tan humana la que hace que las encuestas electorales, a pesar de sus reiterados fracasos de los últimos años, sigan ocupando portadas y titulares. En circunstancias normales, una como la de hoy del CIS se daría por bastante definitiva: por el número de encuestados y por las distancias que marca. Sin embargo, nadie pone la mano en el fuego. Unos prefieren pensar que da el resultado que más puede ayudar al PSOE en campaña: ciudadanos un esfuerzo más y ya no nos hará falta el voto independentista para gobernar. Mientras que otros siguen fabulando sobre los que ocultan su voto en la abstención o en la indecisión. Lo único cierto es que las encuestas ya no son lo que eran en el bipartidismo, donde el juego a dos simplificaba enormemente el trabajo. Y la memoria acumulada de voto redondeaba cualquier desviación. De modo que la pregunta hoy es ¿qué sorpresa nos deparara el escrutinio?

Hace dos años se querían ir, ahora Mateo Salvini, el líder de la Liga Norte italiana, presenta la Alianza de la Extrema Derecha Europea para convertirse en el primer grupo del parlamento europeo y conquistar Europa. En su debate con Macron en la campaña electoral francesa, Marine Le Pen todavía defendía el Frexit: sacar a Francia de Europa. Ahora, en fase de expansión por toda la Unión, la extrema derecha aspira a gobernarla. Y cuentan con Vox para que forme parte de esta alianza. Hay que defender la democracia. Y esto significa tomarse en serio las elecciones europeas, y no mirar a otro lado ante la progresión del neofascismo, y mucho menos comprar el discurso de la extrema derecha y darle legitimidad como hacen el PP y Ciudadanos. Nada de lo que ocurre en Europa nos es ajeno.