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¿Por qué una familia que gana 500.000 dólares al año se siente de clase media?

Una pareja que vive en Nueva York, con dos hijos, gana medio millón de dólares al año. ¿Es mucho dinero? Pues se sienten clase media. Ramplona. ¿En qué se gastan ese dineral para sentir que no terminan de llegar a ser gente acomodada?

Medio millón de euros son los ingresos de una familia que se considera de clase media. (Getty Images)

Medio millón de euros son los ingresos de una familia que se considera de clase media.

Madrid

Una pareja que vive en Nueva York (EEUU), con dos niños, ingresa al año medio millón de dólares al año. ¿Es mucho dinero? Pues se sienten clase media. Ramplona. ¿En qué se gastan los ingresos para sentir que no terminan de llegar a ser gente acomodada? Desgranamos esos 500.000 dólares. Antes de nada, ese medio millón es el sueldo bruto, así que hay que quitarle impuestos y también la contribución al plan de pensiones, que es imprescindible en Estados Unidos si no quieres acabar en la calle de viejo. De manera que el salario se queda en 278.000 dólares al año.

Más información

20.000 euros al mes

250.000 euros al año son más de 20.000 euros al mes. Seguimos desgranando.

- En el cuidado de los niños se gastan 42.000 dólares. Para poder ganar ese sueldo es imprescindible que alguien se ocupe de los niños mientras tú trabajas.

- En comida 23.000 dólares, lo que incluye salir a cenar una vez a la semana.

- En el impuesto de la vivienda 20.000.

- En vacaciones, tres veces al año, 18.000 dólares.

- En extraescolares para los niños (deportes varios, violín, piano), 12.000 euros. En dinero donado a ONGs, otros 18.000. Y en devolver los préstamos de con los que se pagaron la carrera los padres 32.000 dólares al año

¿Hay algún gasto superfluo? 

¿Se pueden considerar superfluas las extraescolares de los niños? ¿O las vacaciones? ¿O el dinero que va para ONG's? Esos gastos, precisamente, son de consumo aspiracional, constituyen un símbolo de estatus, y para los humanos esos símbolos son imprescindibles. Y según un nuevo ensayo publicado en Estados Unidos y que ahora llega a Europa, los símbolos de estatus han cambiado y ahora los más importantes son invisibles. El materialismo ya no significa riqueza y poder como antes. Nuestro consumo aspiracional va por otro lado. La autora del ensayo del que hablamos, 'La suma de las cosas pequeñas' se llama Elizabeth Currid-Salkett, es profesora en la Universidad del Sur de California y es experta en cómo se relacionan las élites.

El fin del materialismo como riqueza

Esta autora explica cómo dejamos atrás el materialismo. El materalismo es importante para demostrar nuestro estatus desde el siglo XIX. Pensemos en los victorianos, y luego en la revolución industrial, que nos trajo la economía de bienes de consumo que ha caracterizado el siglo XX. Teníamos muchas "cosas".

Y al principio estas cosas eran solo para una parte de la sociedad, los muy ricos que se las podían permitir. Pero con la producción en masa mucha más gente logró acceso. Así que el materialismo, que solía ser un símbolo de riqueza (tengo cosas porque tengo dinero), se convirtió solo en señal de que pertenecías a la sociedad de consumo.

Los nuevos símbolos de estatus: la clase de yoga y la comida ecológica

¿Y si las cosas materiales ya no son un símbolo de estatus, cómo demuestran los ricos que lo son? Los ricos más hábiles, como la pareja rica neoyorkina con la que empezábamos, se lo gastan en cosas que les hacen la vida más fácil y más eficiente: niñeras, criados, cocineros, asistentes... gente que te permite trabajar más. Pero ojo también a las cosas que no son demasiado caras pero funcionan muy bien como marcadores de estatus. La clase de yoga. La comida ecológica. La bolsa reutilizable. El no consumo se ha convertido en un símbolo de estatus, en un tirabuzón imprevisible para el rico del siglo XIX. Porque consumir menos, o consumir con conciencia no señala que tengas más dinero, pero sí que tienes más información. La información está muy valorada en nuestro sistema social.

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18:17

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Y tercera cosa: el ocio, como en el siglo XIX, el ocio revela a los verdaderos ricos, especialmente el ocio deportivo. Y como en Estados Unidos ser bueno en deportes y tener hobbies prestigiosos como la música, te consigue entrada en las mejores instituciones educativas, hacer deporte y aprender piano se ha convertido en una actividad productiva, esencial para el ascensor social, y generadora de estatus.

Consecuencias políticas y sociales 

Todos los símbolos de clase sirven para detener en la medida de lo posible el ascensor social. Cuando los pobres han comprendido que hay que llevar chaquetas de cuero para ser cool, los ricos se hacen veganos. Y así se mantiene la desigualdad, que, como leíamos estos días en la prensa, es cada vez mayor, no solo aquí, sino en todo el mundo.

 
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