Nacionalismo oportunista
López Obrador juega al nacionalismo oportunista y aquí, en nuestro país, cualquier motivo es bueno para meterlo en la olla a presión electoral
Madrid
Ahora toca confrontar por México y la exigencia de disculpas de su presidente a España por los abusos de la conquista de hace cinco siglos. El caso es confrontar. López Obrador juega al nacionalismo oportunista y aquí, en nuestro país, cualquier motivo es bueno para meterlo en la olla a presión electoral y lanzarlo al barro de la bronca y la exageración.
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Aquello fue una conquista militar y ninguna es incruenta. Están documentadas tanto las barbaridades que se hicieron como la maravillosa herencia compartida que llega hasta nuestros días. Tampoco es tan excepcional que los países se disculpen por episodios crueles de su pasado. Alemania e incluso el Vaticano son un ejemplo. Pero esto, que simplemente podría ser motivo de reflexión académica o histórica -compartida también- por países que hoy no tienen nada que ver con lo que eran hace 500 años, sin embargo, es ya otro guirigay para demagogos y ventajistas.
Cortina de humo para las consecuencias del imperialismo de hoy, para la pobreza y la violencia del presente. En África, en aguas de nuestro Mediterráneo o en la misma Latinoamérica.