Fuera de la sociedad
El editorial de Celia Blanco en 'Contigo dentro'
Getty Images
Madrid
Cuando una niña o un niño sufre abusos sexuales, normalmente, la primera vez, ni siquiera es muy consciente de lo que ha pasado. La mayoría de los menores de los que se abusa, se acercan a sus depredadores en confianza. Casi el 80 % de este tipo de violaciones suceden en el entorno más cercano del menor. Por eso es importante que la educación sexual de lo menores se haga en las escuelas. Para que ningún progenitor pueda negarse a que sus hijos aprendan a defenderse. Para que sus hijos no sean engañados y abusen de ellos.
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Todos los violadores de niños engañan primero a sus víctimas. Muchos de los abusadores de adultas también lo hacen. La confianza es la clave para el acercamiento hacia sus víctimas y una vez que lios menores sufren estos abusos, es muy difícil volver a confiar plenamente en las personas.
Lo de destrozarte la vida suele ser la consecuencia de algo así.
Por eso es imprescindible nuestro compromiso para parar todo tipo de abusos sexuales. Y aquí hablo de políticos, padres, educadores y ciudadanos en general. Hemos tenido que arrinconar a la iglesia católica con pruebas irrefutables de la existencia de curas pederastas para que mínimamente hayan tomado cartas en el asunto. No es suficiente, queridos católicos. No podemos conformarnos con que se informe de la existencia de los abusos, queremos que se denuncien. No nos vale un club en el que se mantienen la mayoría de los prelados violadores por mucho que hayan prescrito sus delitos.
Queremos a los violadores, sean quienes sean, fuera de nuestra sociedad. Y esta sociedad la formamos entre todos.
