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Rebeca, una estrella del Hip Hop contra el feminicidio

A través de sus canciones, Rebeca Lane combate "la violencia genocida y feminicida" contra las mujeres en Guatemala, además del racismo estructural que sufren las indígenas. Con Pamela Yates, cineasta defensora de los derechos humanos, valoramos la intención del legislativo de Guatemala de amnistiar a los criminales de guerra condenados

Rebeca Lane: "Las familias prefieren separarnos de nuestras raíces indígenas"

Rebeca Lane: "Las familias prefieren separarnos de nuestras raíces indígenas"

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40 niñas hoy han sido asesinadas y a la hora por lo menos 20 mujeres violadas. Eso solo es un día en Guatemala. No tengo privilegio que proteja este cuerpo, en la calle creen que soy un blanco perfecto”. Así arranca la canción protesta de la reconocida estrella del Hip Hop Rebeca Lane, fundadora del movimiento “somos guerreras”.

Punto de Fuga: "Rebeca, una estrella del Hip Hop contra el feminicidio indígena" (16/03/2019)

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Lane, guatemalteca, dedica sus canciones a la memoria y los valores de las feministas indígenas. Ella es “mestiza k'iche” porque ya nació y creció sin el idioma y el legado cultural “debido al racismo estructural” que existe contra las indígenas y que hace a las familias creer que separándose de sus raíces y cultura tendrán muchos más privilegios en su país. Al racismo estructural se une “la violencia contra las mujeres, la necesidad de construir memoria histórica, la corrupción, el hecho de que nuestros gobiernos todavía sean dictatoriales y que el ejército siga detrás moviendo a su antojo las políticas”. Y es contra todos esos problemas contra los que lucha Rebeca a través de su música.

Ser mujer indígena en Guatemala implica ser “sujeto de ataques racistas por utilizar su traje tradicional o por hablar en su propio idioma. Muchas mujeres indígenas trabajan como empleadas domésticas en hogares de personas mestizas o blancas sin contar con los derechos básicos mínimos. Muchas niñas están en esta situación de trabajo forzado o trabajando casi en una forma de esclavitud en tiendas o tortillerías”, cuenta Lane. Además, el hecho de nacer como mujer indígena fuera de la ciudad significa que tienes menos acceso que el resto de mujeres a educación, a educarse en su propio idioma, o a la sanidad. Entonces, “la pobreza se concentra sobre todo en ellas”, que son precisamente quienes han sufrido en sus carnes “toda la violencia genocida y feminicida del Estado de Guatemala”, asegura la cantante.

La huelga del pasado 8 de marzo en España y, en general, la lucha feminista en Europa, es para Rebeca algo distinto del feminismo que ella reivindica. Aquí “solo se habla de feminismo para las blancas”, critica, sin que se recojan en las demandas “las necesidades de mujeres migrantes, africanas, indígenas o marrones que están aquí habitando este territorio”, pensando que siempre es “al otro lado del charco donde ocurren esas salvajadas que aquí no ocurren”, cuando aquí mismo hay mujeres en situación irregular que en cualquier momento “podrían caer presas en uno de estos centros de detención para mujeres migrantes donde se violan sistemáticamente los derechos de las mujeres”, denuncia. Y recuerda por ejemplo el caso de las mujeres que trabajan como temporeras en Huelva, en condiciones “que no se permitirían para mujeres europeas”. Es ahí donde Rebeca quiere poner el foco para que deje de haber “una mirada única de lo que es ser una mujer”, y sitúa el gran reto del feminismo también en Guatemala en que se hable de esas otras mujeres sin cuya opresión el resto no tendríamos tantos privilegios.

El sistema capitalista es otro objetivo de la lucha de las mujeres en Guatemala, que en muchos casos han perdido su territorio y sus derechos humanos en favor de empresas europeas que “van a hacer allí lo que aquí no podrían hacer porque tienen que respetar el marco de derechos laborales y de explotación de la tierra”. Rebeca pone como ejemplo de ese “despojo territorial” que sufren sobre todo las mujeres indígenas el caso de una empresa de Florentino Pérez, que “está despojando de agua a miles de comunidades mayas, y como son las mujeres las que se ocupan del cuidado de la casa, son ellas las que tienen que caminar siete kilómetros para ir a buscar un poquito de agua para su familia”.

“Muchos de los beneficios que tienen en Europa se deben a que nosotras en nuestros países estamos sufriendo el abandono total, y lo puedes ver en cosas tan simples como que aquí cualquiera a las 8 o 10 de la noche puede caminar por la calle y no pasa nada, y nosotras a partir de las 19h ya ni siquiera podemos tomar un transporte público sin miedo”, denuncia Rebeca. Achaca este problema a que a ellas les ha tocado históricamente ser mano de obra barata y fuente de recursos naturales.

El Hip Hop surge en Guatemala tras la pos negociaciones de paz en 1996, cuenta la cantante. Es un género que no forman parte de la industria y que generalmente se reserva a los jóvenes que vienen de los barrios marginados. Para Rebeca Lane el Hip Hop es una cultura “que ha dado la oportunidad a muchos jóvenes de no formar parte de pandillas”, acceder a un futuro y expresar su lucha.

Para Lane, el Gobierno actual en Guatemala es artífice de una de las mayores crisis en el país, sin embargo, que ahora haya una candidata a la presidencia que es una mujer indígena le llena de esperanza. Un avance político y simbólico de la conquista de espacios que eran del hombre mestizo o blanco.

Guatemala quiere amnistiar a sus criminales de guerra

El Gobierno de Guatemala presentó en noviembre de 2017 una iniciativa de enmienda a la Ley de Reconciliación Nacional, en vigor desde la firma de los Acuerdos de Paz de 1996. Esta iniciativa está todavía pendiente de un último debate en el parlamento antes de someterse a votación y en medio de las demandas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y el Parlamento Europeo en Estrasburgo para que se paralice.

El conflicto, de 36 años, dejó unas 250.000 víctimas, la mayoría por crímenes de, Ejército y grupos paramilitares, y más de un millón de desplazados. De aprobarse la amnistía, decenas de esos condenados por graves violaciones de los derechos humanos, como ejecuciones, desapariciones forzadas violencia sexual, podrían ser puestos en libertad en 24 horas.

La cineasta estadounidense y activista por los derechos humanos de colectivos víctimas de violencia estatal y de grupos armados, Pamela Yates, valora la amnistía como algo “terrible y en contra de todo lo que sabemos sobre la memoria histórica de Guatemala”. Yates, que lleva años contribuyendo en el esclarecimiento te estos crímenes, cree que los avances de la justicia en el país, las victorias de la sociedad civil, las asociaciones de mujeres y las organizaciones de derechos humanos para lograr en Guatemala la celebración del primer juicio por genocidio y una comisión contra la impunidad y haber conseguido la condena de dos militares condenados por los crímenes de Sepur Zarco, por ejemplo, han propiciado “un contraataque por parte de las fuerzas de la impunidad, de las élites políticas y de negocios”.

Todavía hay veteranos del ejército que están tras el presidente actual, asegura Yates, por lo que desde el legislativo tratan de revertir y disolver todos los logros que el pueblo guatemalteco había alcanzado en los últimos 35 años.

El juicio en contra de Ríos Montt “cambió el país profundamente”, siendo el primer juicio por genocidio contra los pueblos indígenas en todas las Américas, recuerda la directora de cine. Además, el veredicto es clave para la memoria histórica del país. Se publicó un libro de la sentencia de Sepur Zarco que da cuenta de lo ocurrido. Pamela explica que este “fue el primer juicio doméstico en el que los perpetradores de violencia sexual fueron considerados un arma de guerra”, sin embargo, todavía queda mucho que alcanzar en la lucha contra la impunidad. Las mujeres víctimas de los militares en Sepur Zarco no han recuperado sus tierras, sus comunidades y sus modos de vida, que les fueron arrebatados. Y por eso, insiste Yates, es clave la lucha contra esta amnistía.

Ni Una menos (Música de los pueblos - rebeca lane)

Quisiera tener cosas dulces que escribir, pero tengo que decidir y me decido por la rabia. 5 mujeres hoy han sido asesinadas y a la hora por lo menos 20 mujeres violadas eso que solo es un día en Guatemala, multiplícalo y sabrás porqué estamos enojadas. No voy a andar con pinzas para quien no entienda que esto es una emergencia y estamos preparadas. No soy pacifista no me exijan cosas que no ofrezco, no pedí un pedestal ni lo merezco. Soy como las otras hartas de andar con miedo, agresiva porque es la forma en que me defiendo. No tengo privilegio que proteja este cuerpo, en la calle creen que soy un blanco perfecto. Pero soy negra como mi bandera y valiente en nombre mío y en el de todas mis bisabuelas. La curandera que murió de tantos golpes porque el hombre que la amaba realmente la odiaba. La otra que fue abandonada con un hijo y cuando se enfermó tuvo que mandarlo a un hospicio. Esta va por mi porque a los 15 años me atravesó la cara un golpe desde su mano porque ningún humano se hizo presente el día que un delincuente me dejó el pezón marcado. Esto va por la niña de 9 años, obligada a un embarazo porque la violó su hermano una niña sin derechos porque el clero considera que el aborto es peor de lo que le han hecho. Me remito a los hechos, no voy a explicarle con dibujos a ningún macho de esos que creen que con su intelectualidad nos van a venir a educar sentados en su privilegio. No tengo privilegio que proteja este cuerpo, en la calle creen que soy un blanco perfecto. Pero soy negra como mi bandera y valiente en nombre mío y en el de todas mis bisabuelas. Cuéntanos bien en las calles, somos miles. Desde México hasta Chile y en el planeta entero, en pie de lucha porque vivas nos queremos no tenemos miedo no queremos a ni una menos. Díganme loca histérica y exagerada pero hoy canto en nombre mío y el de todas mis hermanas. No nos acusen de violentas, esto es autodefensa estamos en resistencia ya no somos indefensas.

 
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