Síntomas de agotamiento
Los neoconvergentes de Puigdemont acaban con todo rastro de pragmatismo y liquidan a sus diputados más apreciados
Madrid
El independentismo catalán ofrece cada día síntomas de agotamiento. Los neoconvergentes de Puigdemont acaban con todo rastro de pragmatismo y liquidan a sus diputados más apreciados. A riesgo de generar una guerra civil interna en el partido. Con un objetivo muy constructivo: procurar que fracase cualquier diálogo en España, ayudar a Vox a conseguir la ultraderechización del país. Se retroalimentan. Y de paso procuran minar a Esquerra Republicana, su rival más importante, que vuelve a trabar alianzas con la siempre inquietante Bildu. Mientras la CUP vuelve a desentenderse de todo lo que no sea su patria chica.
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En el Supremo también hay espectáculo de sangre. La cúpula de los Mossos se desquita del desprestigio que han causado al Cuerpo presidentes tan mejorables como Puigdemont y Torra. Acusa al de Waterloo de haber rechazado su propuesta de desconvocar el referéndum del 1-O de 2017, a sabiendas del peligro de una “escalada de violencia”. ¡Un presidente que lanzaba a sus fieles al matadero mientras él huía como un valiente de cómic! Y todavía falta la declaración del Mayor Trapero, prevista para el jueves.
Más de un creyente en la falacia de la unidad del pueblo catalán, en la unidad del bloque independentista, en la unidad de Govern y Mossos, en la unidad de todos que procuran el desorden catalán… se llevará un disgusto. Va tocando.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...