'Bienvenidos a Marwen', el arte contra el odio

Madrid

El termómetro de estrenos y las novedades en series en 'El Cine en la SER': 

• Los estrenos de la semana (Del minuto 2:00 al 29:00)
• Vuelven las series sobre periodismo: Press, nueva serie de Filmin (a partir del minuto 29:00)
  

 Robert Zemeckis es uno de los directores más innovadores y eclécticos que ha dado Hollywood. Nos ha dado títulos para todos los gustos. Nos reímos con La muerte os sienta tan bien, cambió nuestro imaginario colectivo gracias a la saga Regreso al futuro. Nos emocionó con Forrest Gump o Náugrago. Historias en las que su innovación técnica siempre aparecía. En su último trabajo, Bienvenidos a Marwen, repite algo que ya hizo en Quién engañó a Roger Rabit, mezclar animaicón e imagen real. 

"Para considerar esta historia, teníamos que pasar de la vida real a la imaginación, proque es lo que el protagonista hace, intentando que los actores hicieran exactamente lo mismo en los dos planos de la cinta. La técnica tenía que capturar esos movimientos para despés dar vida a esas muñecas", explicaba Zemeckis sobre el uso del Stop Motion.

Zemeckis vio el documental Marwencol, que cuenta la vida del artista Mark Hongecamp, vícyima de un delito de odio. Unos tipos le pegaron, con insultos homófobos, a la salida de un bar de carretera, donde él, borracho, les había contado que le gustaba ponerse zapatos de tacón. Tras meses en coma y en rehablitación, Mark tuvo que aprender a andar, a comer y a recordar su vida anterior. 

Para ello empezó a coleccionar figuras en minuatura, soldados y barbies, con los que creaba historias en las que refugiarse y con las que superar su trauma. Esto era, para el director, lo más interesante era indagar en ese mundo interior, esa fantasía de historias inventadas que ian prfundizandos en su propia realidad. También para el actor protagonista, Steve Carrell, que al ver el documental sobre este artista, escribió a Zemeckis para pedirle el papel. "Era necesitaria hacer esta película de ficción, después del maravilloso documental. Lo tuve claro cuando hablé con Zemeckis, tenía esa idea de cómo expandir ese mundo imaginario que el protagonista había creado en su vida. Y él tenía la tecnología necesaria para hacerlo", aseguraba el actor.

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Carrell vuelve a sumergirse en un personaje dramático. En este caso, el de un artista incomprendido superando muchas cosas: su adicción al alcohol, su soledad, y su nueva vida, en la que ya no puede pintar. Además de su temor a que los agresores vuelvan. El actor y el director fueron hasta el pueblo del artista para conocerle y recrear sus movimientos. "Es un ser humano excepcional. Es dulce, amable. El hecho de que el sea capaz de superar algo tan dramático sin ser uraño, hace que su arte sea mucho más maravilloso", explicaba.

En un mundo dominado por los efectos especiales y los superhéroes, Zemeckis propone una vuelta a las emociones a una herocidad un tanto diferente, la que apuesta por el poder de la mente humana. Un héroe, como lo era Tom Hanks en Forest Gamp.