El incendio más inoportuno de la historia
El 27 de febrero de 1933 se incendió el Reichstag y se culpó a Marinus van der Lubbe, un comunista holandés
Madrid
La motivación detrás de esta sección, como bien sabéis, es animaros ante la dura jornada que os queda por delante, o ante las pedradas que la vida nos lanza cuando menos lo esperamos. Y claro, hay periodos históricos que tengo que racionar, aunque realmente podría hacer la sección ambientada cada día en ellos. Uno de estos, como ya podéis imaginar, sería la vida en la Alemania nazi. O, mejor dicho, la vida en la Alemania nazi para ciertos colectivos.
El incendio más inoportuno de la historia
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Ser comunista en Alemania en los años 30 había comportado un riesgo ascendente conforme los nazis ocupaban más parcelas de poder, y particularmente cuando Adolf Hitler se convirtió en canciller en enero de 1933. Pero el episodio que dio carta verde a la persecución nazi de los comunistas fue el que tuvo lugar un 27 de febrero de 1933. Ese día fue incendiado el Reichstag, la sede del parlamento alemán. Aunque sigue siendo un episodio muy debatido, se le atribuyó la culpa a Marinus van der Lubbe, un comunista holandés. Aparte de ejecutar al supuesto culpable, el partido nazi hizo extensiva la culpa a todo el Partido Comunista alemán, arrestando a todos los diputados que tenían, declarando el estado de excepción y suspendiendo la mayor parte de las libertades constitucionales.
En los años venideros, cientos de miles de comunistas fueron exterminados en los campos de exterminio y a día de hoy se sigue debatiendo si el autor condenado fue el autor real y único del incendio.