"Una librería es un negocio muy pasional, pero al final los números mandan"
Centenares de lectores y numerosos escritores se despiden consternados de una de las librerías más reconocidas en el ámbito cultural de toda España
Félix González y Eva Cosculluela en su librería. / GUILLERMO MESTRE
Madrid
Esta semana, el que fue para muchos el centro cultural de la capital maña cierra sus puertas para siempre, la librería Los portadores de sueños, que se llevó en 2012 el Premio Librería cultural concedido por el Ministerio de Cultura y CEGAL (Confederación Española de Gremio y Asociaciones de Libreros).
La triste despedida de Portadores de Sueños
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Tras catorce años de continua actividad, este recinto ha ofrecido la oportunidad a su público de acercarse a títulos de los grandes clásicos y otras muchas propuestas literarias del plano nacional e internacional. Pero no ha sido suficiente, y los vaivenes de la crisis económica han creado estragos en sus libros de cuentas. "Hay mucho dinero inmovilizado para ofrecer una buena selección al cliente", confirma su fundadora, Eva Cosculluela. Este descenso de las ventas de ejemplares también se debe a la entrada de nuevas plataformas y editoriales digitales de lectura que están copando la mayoría del mercado: "Una librería es un negocio muy pasional, pero al final los números mandan", finaliza la librera.
Diferentes escritores y personajes intelectuales, entre ellos Aramburu, compartieron su pesar en las redes sociales con la pareja que ha estado trabajando "día, tarde y noche de lunes a sábados": Eva Cosculluela y Félix González. Aunque "extenuados" por el agotamiento producido por esta "burbuja de la industria literaria", en la que los números no acaban por salir, se van satisfechos sabiendo que han dejado huella.
La pareja de libreros tendrá que abandonar el local que ahora luce un cartel de próxima liquidación, situado en la calle Blanca Paloma de Zaragoza, el próximo 24 de enero. Los portadores de sueños ha regalado a todo el público la capacidad de embarcarse en historias que han hecho no sólo soñar, sino también volar.
Aunque Internet y las redes sociales sean el nuevo espacio en el que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo diario, es imposible olvidarse de quién ayudó a despertar el ansia y la curiosidad de la lectura en un primer momento.
