El día que a católicos y musulmanes les dio por quemar libros para tener la razón
El 14 de enero de 1601 y el de 1988 quedarán grabados en la historia como los días en los que estos dos colectivos rebatieron los argumentos de los demás con llamas
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El 14 de enero, el 'anti-día' del libro
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Si te interesa el comportamiento de los humanos que han vivido antes que tú en la Tierra, una de las cosas que más te sorprenderán es lo poco que hemos cambiado y lo poquísimo que hemos aprendido en los años que llevamos siendo capaces de anotar nuestras vivencias.
Una de las cosas que más nos gusta es la intolerancia hacia los que ven el mundo de una forma distinta a nosotros, en los sistemas ideológicos que conocemos como “religiones”. Y una forma muy tradicional de demostrar nuestro desacuerdo siempre ha sido quemar los libros que lleven palabras que choquen con nuestra visión del mundo. Eso cuando no hemos quemado también a los autores, claro.
Por una de estas casualidades de la historia, el 14 de enero de 1601 fue el día en que la iglesia de Roma decidió que la incineración era el mejor método para demostrar a los judíos que se equivocaban al no considerar a Jesucristo como el hombre que tenía que abrir las puertas del cielo a la humanidad. Ese día quemaron todos los libros en hebreo que encontraron en la ciudad “santa”.
Y ese mismo día, pero 387 años después, centenares de musulmanes se reunieron en Bradford, en el Reino Unido, para quemar centenares de ejemplares de la novela “Los versículos satánicos”, de Salman Rushdie. El libro daba su propia versión de cómo debía haber sido Mahoma y la fundación de la religión islámica. Los musulmanes también consideraron que la mejor solución sería quemar el libro. Con el agravante de que tuvieron que comprarlo primero, claro.
No porque algo esté escrito tiene que ser cierto, pero la mejor forma de demostrar que no lo es sigue siendo rebatirlo con palabras, no con llamas.