Una sucursal de Hollywood en Madrid

Madrid

Desde la carretera de La Coruña a su paso por la localidad madrileña de Las Matas se podían ver los edificios y murallas de la Ciudad Prohibida tal y como aparecían en “55 días en Pekín”. Los soldados romanos batallaban en la sierra de Guadarrama en “La caída del imperio romano” y el río Alberche se transformó en el Jordán para que Juan el Bautista pudiera bautizar a Cristo en “Rey de reyes”. Estas y otras paradojas ocurrieron en nuestro país entre finales de los años 50 del siglo XX y mediados de los 60, gracias a Samuel Bronston, un productor que había decidido convertir Madrid en una sucursal del Hollywood más espectacular.

Por entonces una ley de Franco congelaba los capitales extranjeros invertidos antes de la guerra civil para que solo pudieran ser reinvertidos en el país. Bronston convenció al magnate Pierre Dupont, poseedor de la patente del nylon, para que utilizara sus divisas inmovilizadas en la producción de películas. Además en nuestro país podía comprar unos estudios a precio de ganga y la mano de obra resultaba muy barata.

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“El capitán Jones”, biografía del creador de la armada norteamericana fue su primera producción a la que seguirían otras como “55 días en Pekín”, “El Cid”, “Rey de reyes”, “La caída del imperio romano” o “El fabuloso mundo del circo”. La fórmula de Bronston consistía en escoger temas atractivos para el público. Al frente ponía a un director de prestigio en horas bajas, lo que reducía considerablemente su salario, y echaba el resto en el reparto, lleno de estrellas famosas: John Wayne, David Niven, Ava Gardner, Sofía Loren, James Manson o Charlton Heston, al que consiguió traer a España en su época de mayor popularidad. En este reportaje os contamos todo sobre aquel capítulo fundamental de la historia de nuestro cine.