"He aprovechado la voz de esta mujer para decir cosas que yo sí que pienso, que siento y creo"
La autora escribió su último trabajo sin pensar en el futuro lector, desarrollando su voz interior
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CADENA SER
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Madrid
El 2018 ha dejado grandes títulos. Entre ellos, Permafrost, una novela corta firmada por Eva Baltasar. Después de un decena de poemarios, la autora se atreve con la novela. 132 páginas de emoción y originalidad. Avalada por el premio que otorgan los libreros, el Premi Llibreter, la escritora tomó conciencia del éxito de su trabajo cuando su editora en catalán le dijo que gracias al boca a boca el libro funcionaba muy bien, como le confiesa a Macarena Berlín.
"Lo que quiero hacer es leer y escribir porque lo gozo, me llena y me da paz"
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Lesbiana y con instintos suicidas. Así es la protagonista de esta novela, de la cual desconocemos su nombre. Permafrost habla de la búsqueda de la libertad con un toque de humor negro. Nos presenta a dos hermanas que en palabras de la autora, son "víctimas de una madre, que a su vez, tampoco es la culpable absoluta, también es víctima". Dos mujeres que se enfrentan a la vida y a la depresión. La hermana de la protagonista presume de vida a la vez que consume ansiolíticos. Y ambas toman caminos muy distintos.
El sexo, la literatura, el arte o la gastronomía son placeres de los que goza el personaje principal de esta novela. Se aferra a ellos a la vez que se aproxima, a veces, a la idea del suicidio. Rehuye implicarse con los otros. Comenta Eva Baltasar que esta mujer "no quiere que la felicidad de otras personas dependa de ella. No quiere ser decisiva en la vida de nadie. Al final ella tiene que tomar una decisión, y ahí es cuando la vida le exige la talla de su humanidad y tiene que plantarse y decidir".
Permafrost se acerca a grandes temas de la sociedad contemporánea como son la soledad, la familia, el suicidio, el compromiso o la homosexualidad. La protagonista hace afirmaciones como "el sexo me aleja de la muerte". La escritora compara el sexo con la meditación, "aquel momento en el que estás en el presente". Dos fuentes que salvaguardan a la persona de los fantasmas del pasado o del futuro.
El permafrost es la capa de hielo que cubre permanentemente los niveles más superficiales del suelo en muchas regiones frías y próximas a los glaciares. Su derretimiento es peligroso ya que implica la liberación de muchas toneladas de metano y dióxido de carbono a la atmósfera. ¿Qué hay bajo la capa helada de la novela de Eva Baltasar? Contesta la escritora que mucha humanidad y el miedo a abrirse a los otros de una forma emocional. "A lo largo de la novela hay mucho sexo pero no es hasta el final donde aparece un abrazo, un contacto emotivo, emocional con otra persona".
El proceso creativo de la novela viene del diálogo interior de Eva Baltasar y que nace de la petición de su psicóloga, por pura casualidad. Esta le recomendó escribir su biografía. La autora no aguantó ni 15 minutos cuando decidió que no iba a realizar ese ejercicio por el aburrimiento que le suponía. Sin embargo, reconoce Baltasar que le encontró el gustillo a escribir en primera persona y así empezó a ficcionar. "He aprovechado la voz de esta mujer para decir cosas que yo sí que pienso, que siento y creo. En ese sentido me he quedado muy a gusto y creo que el punto terapéutico está ahí, el haber sacado de mi misma cosas que llevaba dentro".
Siempre estamos anhelando y muchas veces nos sentimos vacíos pese a disfrutar de una aparente gran calidad de vida. La protagonista de esta novela es hija de este tiempo. Supuestamente lo tiene todo, pero se queja con sus propios motivos. Considera la escritora que el tedio es un síntoma de nuestra época, algo que lleva a este personaje principal, recordemos que carece de nombre, a ideas suicidas o a simplemente gozar del sexo sin ninguna implicación.
Permafrost es la primera de tres historias. Tras finalizar la primera novela, Eva Baltasar quería explorar otra voces. Así nace este 'tríptico', como ella misma lo denomina. "Tres novelas con protagonistas distintas. Tres mujeres distintas que cuentan una historia particular". El segundo ya cuenta con estructura propia. Baltasar está terminándolo y adelanta que Mamut, así se titulará la segunda entrega, nos muestra un entorno más rural. Mientras que en Permafrost hay poco paisaje, en Mamut es determinante en el avance de la novela.
Cuenta Eva Baltasar que escribió la novela sin pensar en un lector concreto. "Escribí de una manera totalmente libre lo que me dio la gana". La vida es para ella un tiempo limitado que quiere aprovechar. "Realmente lo que quiero hacer es leer y escribir porque lo gozo, me llena y me da paz". Confiesa que hablar con ironía es su manera de enfrentarse al mundo.