¿Sólo mata la velocidad?
La velocidad es la única causa que incrementa la mortalidad en estas vías o el mantenimiento o su trazado, o la relajación en la tensión que provocó en los conductores el carnet por puntos, o la aparición de nuevos peligros

Madrid
El Gobierno bajará a 90 kilómetros por hora – 80 en camiones y autobuses - la velocidad máxima permitida en los 10.000 kilómetros de carreteras convencionales, las que tienen un único carril por sentido y en las que se produce la mayoría de los accidentes mortales. Es una de las medidas con las que se pretende combatir el cambio de tendencia que ha elevado en los últimos cuatro años la siniestralidad en las carreteras y ha hecho que España pase del quinto al octavo país en el ranking de seguridad vial de la Unión Europea.
El objetivo es loable y la medida nos acerca a las velocidades reglamentarias en el entorno europeo. Pero cabe preguntarse si la velocidad es la única causa que incrementa la mortalidad en estas vías y no el mantenimiento o su trazado, o la relajación en la tensión que provocó en los conductores el carnet por puntos, o la aparición de nuevos peligros que a través de los dispositivos móviles se han colado en nuestros vehículos. No vaya a ser que con la reducción de velocidad lo único que se consiga es matarnos pero más despacio. En todo caso, nada pasa por probar. Peor es creer que hay que hacerlo y que no te dejen actuar por temor a las protestas de los ciudadanos. Que es lo que le sucedió a la exdirectora de la DGT, María Seguí, según ella misma nos contó en la SER.