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Pablo Garcinuño

"Me apetecía explorar el mundo de la maldad que todos llevamos dentro"

El escritor habla del relato breve como un género que ofrece grandes posibilidades de experimentación, como la que él ha llevado a cabo en su último obra donde trabaja la crueldad

Laura Coronado

Comunidad de Madrid

El cuento ha sido cultivado por grandes escritores e incluso algunos lo han convertido en su género de cabecera. Sin embargo, no siempre tiene el reconocimiento que merece. Mala baba es un libro de relatos guiado por un hilo común, la crueldad. A través de 18 historias, el escritor y periodista Pablo Garcinuño nos adentra en el mundo de la maldad, algo que el abulense no había trabajado previamente, como le comenta a Macarena Berlín.

"Mi idea en principio era usar la maldad para dar una especie de golpe de estómago en el lector"

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Hasta Mala Baba, Pablo Garcinuño se había centrado más en escribir relatos de tono humorístico. En su anterior trabajo, Así no vamos a ninguna parte, ya contó con alguna historia más oscura. "Me picó entrar en ese mundillo", reconoce el autor. "Me apetecía explorar el mundo de la maldad que todos llevamos dentro, que intentamos ocultar de alguna manera pero que al final, casi siempre, acaba saliendo de vez en cuando".

Cuenta el escritor que si antes se servía del humor para provocar sensaciones en el lector, ahora lo hace con la crueldad. "Mi idea en principio era usar la maldad para dar una especie de golpe de estómago en el lector". Comenta Garcinuño que "como reflexión, sí me queda esa maldad que tenemos todos". Asegura que le gustaría que se entendiese como algo comprensible, que a todos puestos en ciertas situaciones podría salirnos.

El universo de Mala baba está formado por personajes resentidos, violentos o malvados que se encuentran atrapados en sus realidades. El autor los llama "los desfavorecidos amorales". El escritor comenta que tiene cierta tendencia a escribir sobre ambientes rurales, "quizás porque se crea un microcosmos pequeño donde puedes ver y analizar a cada personaje".

Las familias, la naturaleza y el ambiente rural es propicio a mostrar la crueldad de la vida. "En un ambiente rural, literariamente puedes jugar con una especie de obra de teatro pequeñita en el que todo el mundo de la comunidad se conoce".

Mala baba comienza con un relato sobre la crueldad infantil, la menos pudorosa. Una que no se esconde y que escandaliza a los adultos. "El primer relato se centra en la violencia infantil que es algo realmente llamativo, ver lo crueles que son los niños".

El autor realiza guiños continuos al lector a lo largo de los 18 que forman Mala baba. Fue el último toque que Garcinuño dio al libro antes de llevarlo a la editorial. "A lo mejor hay un personaje que en un cuento aparece como un niño y que aparece después en otro como adulto". Cuenta el autor que a veces son simples detalles mínimos que se repiten como una ciudad o una prenda.

Antes de Mala baba, Pablo Garcinuño publicó otros libros de relatos, pero en formato digital. Este es su primer trabajo impreso en papel. El escritor se considera muy defensor de los libros digitales pero comenta que al ver su libro físicamente se volvió loco de contento. La emoción fue mayor al haber enviado el borrador de Mala baba a más de 50 editoriales antes de que lo publicasen. Comenta el autor que estuvo más de un año mandando el libro a diferentes editoriales. Relata lo duro que es aceptar el rechazo, algo que por otra parte le resulta normal. "Lo que que ya quizás no sea tan lógico son algunas condiciones que te ofrecen las editoriales aprovechándose de esas ganas que todos tenemos de publicar. Hay editoriales que te piden dinero por adelantado, una práctica bastante deshonesta".

Cuenta el escritor que para él, el cuento ofrece muchas ventajas. Como escritor, resalta que "el relato exige una intensidad en cada una de las palabras que es muy positiva". Destaca también la mayor posibilidad de experimentación. "Una novela exige muchos años de trabajo y un relato no exige ese tiempo y uno puede arriesgarse a experimentar cosas nuevas". Garcinuño no es solo escritor, sino un gran lector. Como tal, reconoce que le encanta "el hecho de picotear, el poder estar inmerso en cinco libros a la vez, de leer un relato de uno o de otro o probar diferentes estilos".

Sobre su proceso creativo, subraya Garcinuño que le gusta mucho trabajar tras acabar su escrito. "Creo mucho que se puede trabajar mucho un libro después de escribir y se puede mejorar una vez que tú has pensado que ya está acabado".

Cree el autor que se considera al cuento como género menor y que se trata de un estilo que podría ir muy bien como forma de lectura en nuestros días, dada la vida rápida que se lleva. "Creo que sería muy indicado este género para que la gente se enganchara". Afirma Pablo que "mucha gente sigue teniendo ese error de que los cuentos son para niños".

Escritores y escritoras de todos los tiempos como Borges, Chéjov, Cortázar, Alice Monroe o el propio Garcinuño han centrado sus escritos dentro del género del relato breve. El cuento tiene que ocupar el espacio que merece.

 
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