Catarsis de cama
Ay... la música
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Getty Images
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Madrid
La música es esto que consigue que cada noche nos despidamos como si nos conociéramos de algo. Daría igual lo que yo les contara. Daría lo mismo cómo intentara seducirlos. Lo que hace que escuchen es que cada una de mis frases cabalga sobre notas musicales. Por eso recurrimos a unas canciones cuando estamos felices y sucumbimos a las épicas partituras para sufrir. ¿Se dejan llevar por sus emociones? ¿O contienen los pálpitos no vayan a desbocarse?
Admitámoslo, existen las catarsis, esas erupciones emocionales que nos tambalean y que afectan a nuestra cama. Para los antiguos griegos, una catarsis era la purificación de todo aquello que fuera impuro. Muy viciado tenía que estar para que todo se convulsionara, pero hemos aprendido a usarlas para recomponernos por dentro. Una pareja, con una sexualidad repetida y repetitiva puede un buen día explotar. La detonación salpicará en la proporción que hayan callado todo lo que hubieran querido decirse.
No hablar de lo que se quiere en la vida, incluyendo lo que se desea, prejudica. Hace bola, se atasca, cuesta tragarlo.. Imaginen cagarlo. Intentémoslo. Aceptemos todas las veces que metimos la pata, admitamos cada uno de nuestros errores y démosle. Se sana cuando se cura la herida. Se pudre cuando se deja que supure. No seamos tan torpes como para dejarlo morir. Reanimar cualquier emoción que un día latió puede ser el mejor de los regalos. ¿No buscamos una excusa para que nos guste todo esto?