Que te saquen de un hoyo para echarte a la papelera de la historia

No son pocos los que se quejan del agobio que les producen las fiestas navideñas. Los villancicos, la cantidad de la gente que hay por la calle o el consumismo desenfrenado son algunos de los temas que mucha gente no puede sufrir.

A todos ellos va dedicado el personaje de hoy, que es de nuestra historia más reciente. Porque fue un 13 de diciembre de 2003 cuando Saddam Hussein enfiló el último capítulo de su biografía. Ese día fue capturado por los soldados americanos de su escondite dentro de un hoyo en las afueras de la ciudad de Tikrit, en el noroeste de Iraq.

Y que si ese fue un mal día para él, no parece que los anteriores hubiesen sido mucho mejores. Tenía la pinta… pues eso, de alguien que lleva semanas viviendo bajo tierra. Particularmente duro para alguien que había vivido los anteriores 25 años con todos los lujos y caprichos.

Tampoco es que le esperaran días mucho mejores. Después de afeitarle para que dejara de parecer un mendigo, los americanos lo encarcelaron hasta que lo sometieron a juicio, lo condenaron a muerte y lo ahorcaron.

Así que menos quejarse de las aglomeraciones navideñas, que peor es estar metido en un hoyo esperando que vengan los yanquis a capturarte.

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