La agonía de Theresa May
El Parlamento británico tenía previsto votar hoy sobre su acuerdo de Brexit con la Unión Europea. Pero ella lo retiró ayer del orden del día, sabedora de que iba a cosechar una derrota estrepitosa
Madrid
Theresa May está en sus estertores. El Parlamento británico tenía previsto votar hoy sobre su acuerdo de Brexit con la Unión Europea. Pero ella lo retiró ayer del orden del día, sabedora de que iba a cosechar una derrota estrepitosa.
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Por una sencilla razón: a casi nadie le gusta. Quizá ni a ella misma. Enerva a los norirlandeses y molesta a los laboristas. Desespera a los escoceses y escuece a muchos conservadores.
Así que la primera ministra no alcanza a obtener ni una ligera derrota que le auspiciase algún consuelo en un segundo turno de votación.
Apela ahora a la clemencia de los europeos. Que la ayuden en el asunto clave: el cortafuegos irlandés, que le renegocien alguna ventajilla. Pero es imposible, porque Dublín lleva encima de cada coma del protocolo del Ulster, vigilante, desde siempre, desde antes que se hablase de protocolos. Y los 26 no traicionarán a Irlanda en beneficio de Gran Bretaña. Lo prometió ayer el más probritánico de todos los líderes, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. No quieren hacerlo. Pero sobre todo, no pueden.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...