El convidado de piedra
En el festín de la derecha andaluza, hay un convidado de piedra. No porque no se llene su plato. Sino porque los socios ni siquiera le llaman por su nombre. Se trata, claro está, de Vox
Madrid
En el festín de la derecha andaluza, hay un convidado de piedra. No porque no se llene su plato. Sino porque los socios ni siquiera le llaman por su nombre. Se trata, claro está, de Vox.
Más información
Si uno fuera un marciano que aterrizase entre los terrícolas, y hubiese escuchado solo las intervenciones de los líderes de la derecha convencional pensaría que: o bien que el PP ha aumentado sus escaños y dispone de la mayoría absoluta por sí solo; o bien que Ciudadanos puede hacerlo sin ayuda de nadie; o bien que entre ambos, sin ningún apoyo adicional, pueden desplazar a Susana Díaz y al PSOE.
Pues no es así. Todas las intervenciones de los dirigentes de esos partidos ocultan el nombre del partido lepenista español. Será que les avergüenza mentarlo.
Así que sería esperable que les avergonzase su incorporación a una mayoría parlamentaria de las derechas. O a un Gobierno. Es lo que ocurre en Francia o en Alemania, países donde la derecha democrática se defiende del parafascismo con un cordón sanitario.
Quizá esto no acabe sucediendo aquí. Al PP parece que no le hace ascos. Quizá porque al patriarca Josemari Aznar le gustan los ultras de Vox, se reconoce en ellos, los considera hijos predilectos. Pero, ¿y a Ciudadanos, el partido que prometía ser un centro liberal y progresista?
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...