Para Pedro Sánchez
Madrid
Señor Presidente del Gobierno, en vísperas del Consejo Europeo que debía acordar la retirada del Reino desunido de Gran Bretaña, apareció con nocturnidad y alevosía el artículo 184. Saltó la chispa simbólica en torno a Gibraltar. Surgió la ensoñación de una venganza, que compensaría siglos de perfidias y trampas en torno al Peñón, consentidas por debilidad o conveniencia. Su Señoría pudo parar el acuerdo pero ha preferido una declaración que considera satisfactoria. La oposición le niega validez alguna igual que hace la Señora May. Veremos.