Alguien sensato, por favor
¿No hay nadie sensato en las filas de Sánchez que le diga que lo único que la democracia tiene para acabar con este monumental atasco son las urnas?
Madrid
El espectáculo de ayer en el Congreso, provocado por ese personaje de cómic que le cuesta una pasta anual al erario público y cuyo apellido lo define a la perfección, no es más que una nueva gota en el rebosante vaso de la insensatez que se ha apoderado de la política española. Se trata de una penosa anécdota, pero como llueve sobre mojado, no ha hecho sino enfangar aún más el lodazal institucional en el que vivimos. El manoseo indecente de la Justicia puesto de manifiesto por el famoso whatssap del, incomprensiblemente todavía portavoz del PP en el Senado, pero del que son culpables no sólo el principal partido de la oposición sino el PSOE y Podemos, que ha terminado sumándose con entusiasmo a la “casta” que dijo querer combatir, y de no pocos miembros de la judicatura que llevan décadas jactándose de pertenecer al ala conservadora o progresista, exhibiendo sin pudor su adscripción política, se suma al chalaneo con el independentismo de un gobierno con las manos atadas que no puede sacar adelante los presupuestos. Unos presupuestos que no se cree nadie. Ni Bruselas, ni el FMI ni la OCDE. Con este panorama, ¿No hay nadie sensato en las filas de Sánchez que le diga que lo único que la democracia tiene para acabar con este monumental atasco son las urnas?
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