La casa sin barrer
A pesar del descrédito que el CIS del socialista Tezanos ha atesorado en los pocos meses que lleva al frente del instituto de opinión pública que pagamos con nuestros impuestos, la primera encuesta de intención de voto en Andalucía es bastante creíble, o mejor dicho, verosímil. Aunque cerca del 60% asegura que sería bueno un cambio de signo político en la Junta después de 40 años de gobiernos del PSOE con luces, y no pocas sombras, entre las que destaca el escándalo monumental de los ERE, la derecha andaluza ha sido incapaz en todo este tiempo de ofrecer una alternativa ilusionante más allá de la crítica por muy justificada que estuviera en no pocos momentos. Para Pablo Casado este test puede marcar su todavía titubeante liderazgo del PP que ha empezado con el cambalache del Consejo General del Poder Judicial, de consecuencias imprevisibles de cara al juicio de los implicados en el golpe contra la Constitución en Cataluña, lo que ha enviado un mal mensaje a sus bases y simpatizantes. A Casado le esta devorando lo urgente, y no tiene tiempo para dedicarse a lo importante, que es barrer, y a fondo, su propia casa.