Derecho de crítica, pero no al acoso

Hay manifestaciones convocadas contra la última resolución del Tribunal Supremo sobre el pago del impuesto de la hipotecas.

Los ciudadanos tienen derecho a discrepar de los jueces, a criticar sus sentencias, a protestar. Y si alguien atenta contra su libertad de expresión, serán los jueces quienes tendrán la obligación de defender a aquellos que les critican.

Pero los líderes políticos y los partidos democráticos nunca deben olvidar que constituyen instrumentos de la democracia y que como tal están constitucionalizados.

Por eso deben cuidar que sus críticas a una resolución concreta nunca puedan interpretarse como un acoso a un tribunal. Ni como un ataque a la independencia judicial. Ni como un desprecio a la separación de poderes, que es fundamento del Estado de derecho. La izquierda más tentada por el populismo debe comportarse…si algún día pretende cogobernar.

También la derecha debería evitar el extremismo. Alguno de sus líderes propone, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, la abolición del impuesto de las hipotecas. Pero este recauda 2.000 millones de euros anuales que se destinan a las comunidades autónomas. Si no se ofrece una alternativa, u otro impuesto o un recargo sobre alguno de los existentes, ¿a quién perjudicaría su eliminación? A los hospitales. A las escuelas. A los dependientes. A los servicios que prestan las comunidades autónomas. ¿O es que se pretende desplumar y desplomar a la autonomía, pilar esencial de la Constitución que dicen defender?

Únete al canal de WhatsApp de la SER