Casado habita otra realidad paralela

Madrid

Hubo un tiempo en que hablábamos, a menudo, de la realidad paralela en la que vivía instalado Mariano Rajoy. Una realidad que le impedía ver cómo las políticas de austeridad habían hecho mella en la gente, cómo la sociedad se había empobrecido, cómo los trabajos se habían precarizado, cómo el paro arrojaba cifras escalofriantes. En medio de todo esto, Rajoy intentaba hacernos creer que las cosas mejoraban, pero las mejoras nunca llegaron a los bolsillos de los que realmente lo necesitaban, y con este panorama él fue expulsado de Moncloa.

Ahora hay un pacto entre PSOE y Podemos para unos presupuestos que pretenden revertir, de alguna manera, los efectos de estas políticas de austeridad. Y el heredero de Rajoy, Pablo Casado, habita en otra realidad paralela, en la que hay un gobierno, el de Pedro Sánchez, que quiere hundir España a base de unos presupuestos tan radicales que, por ejemplo, pretenden aumentar el Salario Mínimo Interprofesional o quiere regular los precios del alquiler o las bajas de maternidad y paternidad. Vaya, que son unos presupuestos, como decía esta mañana Iñaki Gabilondo, socialdemócratas, hechos por un gobierno socialdemócrata. Y esto provoca sorpresa e indignación en la oposición.

En la realidad paralela de Casado, esa en la que ya saben que somos el único país que puede decir que descubrimos el nuevo mundo, al gobierno lo sujeta desde los extremistas de Podemos que, recordemos, han estampado su firma en un presupuesto socialdemócrata, o los etarras, ETA ya no existe, o los independentistas, que niegan el apoyo porque el gobierno les niega cualquier contrapartida.

Hay muchas veces en la que los políticos desperdician la oportunidad de estar callados. Pablo Casado habla por encima de sus posibilidades y entre tanta verborrea se cuelan disparates, mentiras y lecciones de historia carentes de cualquier rigor. Y así poco a poco va perdiendo toda credibilidad y se va convirtiendo cada día más en una especie de charlatán de feria.