Cada voto, un tesoro
Ya sé que da miedo verlos y, sobre todo, oírlos. Pero no se asusten demasiado, que la ultraderecha de Vox apenas si ha reunido a diez mil personas de toda España, menos que un partido de la antigua segunda división. Hagan caso a este Ojo y preocúpense más del dúo Casado-Rivera, que esos sí que tienen fans infatigables, pero también fuerzas vivas a su alrededor, y muchos, muchísimos millones de euros allanando su llegada al poder.
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Asombra, la verdad, ver el mundo en general, y nos llevamos las manos a la cabeza con Donald Trump, Jair Bolsonaro o Matteo Salvini. Pero vayamos un paso más allá y reconozcamos lo evidente, que a veces nos cuesta asumir la realidad: todos ellos han llegado a donde están gracias a los votos de sus conciudadanos. Ninguno nace de un golpe militar o una cruenta revolución. Simplemente han tenido más votos que los demócratas, los liberales o los socialistas. Así que convendría que nos tomáramos las futuras votaciones en serio, y pensemos bien, pero que muy bien, si preferimos que nos gobiernen unos u otros. Porque es mentira que todos los partidos sean iguales o que todos los políticos solo están ahí para robar a los humildes trabajadores. Unos son explotadores, reaccionarios y liberticidas; pero otros apuestan por repartir la riqueza y creer en el futuro. Mucho cuidado con su voto.