“El turismo libertino tiene el sexo como principal atractivo, pero sin dinero de por medio”

Madrid

Con un poco de suerte, estarás pensando en tus vacaciones. Quizá te guste ir a desconectar a una montaña, prefieras turismo de aventuras o la relajación de una playa en el Mediterráneo. Pero cada vez más turistas se acercan al turismo libertino. Para hablar de este fenómeno, Jesús Soria habló el pasado domingo en SER Consumidor con Daniel Liviano, profesor de Economía de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que ha estudiado este nuevo tipo de vacaciones.

“El turismo libertino se basa en el sexo, pero tiene como clave acuerdos totalmente libres entre adultos sin dinero de por medio”. Liviano explicó que, a pesar de tener el sexo como principal atractivo, el turismo libertino no debe confundirse con el turismo sexual, pues este último tiene “una merecida mala fama porque está basado en la prostitución, en el intercambio del sexo por dinero, y en muchos casos se cae en trata de blancas, abuso de menores".

El profesor de la UOC explicó las raíces del libertinaje: “Se puede remontar a un movimiento filosófico de principios del siglo XVIII que reivindica básicamente la busca del placer corporal sin ningún tipo de restricción ni religiosa ni moral. El marqués de Sade fue uno de los pioneros en este movimiento. Es un concepto muy amplio que abarca muchas modalidades con nombres ingleses que se han adaptado a la lengua española: swingers, por ejemplo, parejas que participan en intercambio de parejas. En Barcelona, en los últimos años, han aumentado muchísimo el número de locales y de clubes privados para swingers, que también ofrecen otro tipo de juegos sexuales y otras prácticas en función de lo que cada uno quiera, dentro de su libertad individual. Luego está el cruising, otro concepto inglés que se refiere al sexo con desconocidos”.

Liviano vinculó el origen de este tipo de turismo a “países europeos más avanzados en las libertades individuales que España. En España es solo desde hace relativamente poco tiempo que tenemos una tolerancia respecto a colectivos como los homosexuales. Es algo que siempre ha existido, aunque en España se conoce desde hace relativamente poco tiempo. Pero en verano su práctica se incrementa mucho porque lo practican mayormente los turistas. Al final, el turismo es un reflejo del ser humano. Y siempre que el ser humano tenga interés en una actividad, esta tendrá su hueco en el turismo”.

Si alguien quisiera acercarse a este tipo de vacaciones, Liviano le recomendaba acercarse a preguntar sin complejos a una agencia de viajes: “Tienes que buscártelo tú, pero creo que si vas a algún tipo de agencia y comentas que te interesaría participar en un crucero de swingers (intercambio de parejas), te lo pueden ofrecer. El año pasado la prensa se hizo eco de un crucero de parejas libertinas que iba por el Mediterráneo y que paró en Barcelona. Lo importante es que ahora, y creo que cada vez va a ir a más en el futuro, los operadores turísticos organizan actividades y experiencias para este tipo de turistas. El turista que vaya a la agencia, haga referencia a ese crucero y diga que quiere buscar uno similar, seguro que le ayudan”.

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