"La construcción del personaje es la parte más bonita de la profesión"

Madrid

Para ella, el teatro es como respirar. Y a todos, cuando la hemos visto y sentido, nos ha dejado sin aire. Núria Espert acaba de ganar el galardón especial del Premio Europa de Teatro como reconocimiento a una personalidad que ha combinado a lo largo de su carrera el talento artístico con la proyección internacional y el compromiso ético.

Nuestra invitada siempre ha tenido presente de manera natural este aspecto, estaba en los genes. Al igual que estaba predestinada para ser actriz: "es para lo único que sirvo". Espert, galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes en 2016, lleva desde los 18 años siendo ella misma a través de distintos personajes. El primero fue Medea, en el Teatro Griego de Barcelona y el que más ha odiado ha sido Martha, la protagonista de '¿Quién teme a Virgina Woolf?'

Espert reconoce que, en su carrera interpretativa, la suerte ha jugado un papel esencial: "yo creo que la suerte es casi tan importante como el trabajo" porque, explica, hay compañeros buenísimos que nunca han tenido la oportunidad de demostrar que están muy por encima del escalón que les han repartido en la profesión. De hecho: "casi todos los cantantes de ópera empiezan sus grandes carreras sustituyendo al que era más grande que ellos y haciendo una noche memorable".

Hablamos también de igualdad. La profesión de Espert es algo más igualitaria que otras pues si en un texto dice que un personaje es una mujer, se busca a alguna actriz para interpretar el papel. A nivel general, relata, al morir Franco se avanzó mucho en este aspecto pero después se produjo un parón. Ahora vuelve a haber otra embestida "que va a dar unos resultados fabulosos" porque, a diferencia de en la anterior, también participan los hombres. La necesidad de la especie humana es, como mínimo, la igualdad pero, desgraciadamente, "queda mucho por hacer".