Revolución en tiempos escépticos
Josep Ramoneda analiza la victoria de Manuel López Obrador en las elecciones mexicanas, la crisis de gobierno de Merkel y lo que tiene por delante el gobierno de Sánchez
Revolución en tiempos escépticos
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Barcelona
López Obrador gana en México con el mejor resultado de la historia, suma de infinitas decepciones. Otro país en que se ha perdido el respeto a los propietarios tradicionales del poder político. Ya no vale hablar de populismo porque hoy lo practican todos, solo que a unos ya nadie les cree y los otros tienen la ventaja de no haber formado parte del tinglado. Esta vez es un veterano agitador el que ha sacado los colores a los poderosos de siempre. Un actor de largo recorrido en la escena mexicana, que viene de la izquierda y que promete una gran trasformación. Y, sin embargo, la pregunta más generalizada es: Y ahora, ¿qué? Así es la revolución en tiempos escépticos.
Merkel en la maroma. Es momento de escoger: defender su autoridad o entregarse en manos de sus socios bávaros, es decir, de la nueva internacional neofascista, la liga de las ligas, que proclama el italiano Mateo Salvini. Es hora de dejarse de eufemismos y dar a cada cosa el nombre que le corresponde. Y en este sentido tiene razón Pablo Iglesias cuando sellando su pacto europeo con Mélenchon y su France Insoumise invita a constituir una alianza antifascista. Dado el camino que está emprendiendo Europa pronto será una necesidad.
Los peligros que vienen y pueden desestabilizar al flamante gobierno de Sánchez: que, contra la voluntad de Esquerra, Torra, dirigido por Puigdemont, siga la estrategia de confrontación con la mirada puesta en unas elecciones municipales tempestuosas; que el PP una vez resueltas sus patéticas primarias, dé rienda suelta al revanchismo, vaya a por todas contra el gobierno socialista, para compensar la escasa legitimidad del proceso de refundación, y se suba a la parra del nacionalismo más ruidoso en la disputa con Ciudadanos por el título de más patriota; y que el parlamento se convierta en un calvario para la gobernanza. Le queda el verano a Pedro Sánchez para asentar su autoridad. Y es muy poco tiempo.
Más allá de la debacle española, ganada a pulso, la noticia que quedará de este Mundial es que el fútbol cambia de época. Las trompetas anuncian el final de los años Messi-Ronaldo. Y donde se esperaba a Neymar, ha aparecido Mbappé. Todo lo sólido se desvanece en el aire.