El cambio climático reduce la población de abejas
Una investigación realizada por científicos de Estados Unidos descubre que las temperaturas más cálidas están acabando con muchos de estos insectos, cuya función es básica para la polinización de la mayoría de los cultivos agrícolas.
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Una nueva investigaciones científica demuestran que el cambio climático perjudica a las abejas. / Cadena SER
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Madrid
Un nuevo estudio de la Universidad Northwestern y el Jardín Botánico de Chicago ha descubierto que el cambio climático puede provocar la extinción local de las abejas que viven en climas cálidos, como es el caso de España.
Para analizar este problema, este equipo de científicos realizó un experimento de campo durante dos años: aumentaron la temperatura de los nidos para simular el efecto del recalentamiento de la Tierra previsto para las próximas décadas y un 35% de las abejas murió en el primer año y el 70%, en el segundo. En cambio, en los nidos que no se tocaron la tasa de mortalidad fue de sólo el 2%.
El aumento de la temperatura que provoca el cambio climático “parece que está empujando a las abejas a sus límites fisiológicos", ha advertido Paul CaraDonna, el director de esta investigación-. "Y esto es una evidencia de que podríamos ver la extinción local en las partes más cálidas” del planeta".
Experimento
Este estudio se centra en una especie de abeja nativa del oeste de los Estados Unidos y el norte de México, que construye sus nidos dentro de los agujeros y grietas de los árboles muertos. Sin embargo, esta especie actúa como un buen polinizador y, por lo tanto, la reducción de su población puede tener un gran efecto en su ecosistema.
De hecho, se calcula que casi el 90 por ciento de todas las plantas con flores del mundo se benefician de la polinización animal y esto incluye a más de 300.000 especies de plantas en todo el mundo.
Para estudiar cómo el cambio climático afecta a las abejas, el equipo de CaraDonna estableció tres tipos de entornos de anidación en las montañas de Santa Catalina de Arizona, donde esta especie vive.
Los científicos manipularon las temperaturas de los nidos al pintarlos para poder simular climas pasados, presentes y futuros. El equipo pintó un tercio de los nidos negros para absorber más el calor simulando así un clima futuro previsto para el año 2040.
En cambio, al pintar otro tercio otro tercio de los nidos de un blanco reflectante, se reprodujo un clima similar al de los años cincuenta del siglo pasado.
Resultado dramático
Y este fue el resultado: las abejas que anidaban en las cajas más cálidas sufrieron una tasa de mortalidad notablemente más alta. Además, tenían cuerpos más pequeños.
"Para los insectos, el tamaño es un gran problema" -aclara CaraDonna-. "Más grande generalmente es mejor, porque significa que probablemente puedas reproducir más, lo que tiene implicaciones para la estabilidad de la población".
Y hay otra conclusión negativa: para evitar su extinción, las especies de abejas que viven en climas cálidos pueden desplazarse más al norte. Pero esto dejaría a estas regiones secas sin buena parte de los insectos que se encargan de la polinización de las plantas, que son el principal alimento de los seres humanos.
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Javier Gregori
Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...