¿Y lo llaman renovación?
Parece que tenemos ante nosotros, desechados de momento otros aspirantes, por venerables o pimpollos enredados en dudosos títulos, la disyuntiva entre dos candidatas que ya conocemos de sobra
Los dos gallegos más ilustres del PP le han hecho un buen roto a su partido. Rajoy lo deja de aquella manera, y Núñez Feijoo, el deseado, ha huido de la responsabilidad a la carrera, sin que todavía sepamos las razones reales de la estampida. Así que parece que tenemos ante nosotros, desechados de momento otros aspirantes, por venerables o pimpollos enredados en dudosos títulos, la disyuntiva siguiente en la proclamada renovación del PP:o Dolores Cospedal o Soraya Sáenz de Santamaría. Patética e irrisoria mudanza, obedientes apéndices ambas del presidente no dimitido, sino echado. Del despido en diferido de Bárcenas o los martillazos a los ordenadores de la primera, la que manejaba el partido, a la vicepresidenta artífice de la desastrosa maniobra de subarrendar a la justicia la acción política frente al desafío independentista de Puigdemont y los suyos. Hablen ustedes de renovación, que al Ojo le da la risa.
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