Los fallidos sueños musicales de Scarlett Johansson

Madrid

Scarlett Johansson tiene una voz hipotónica capaz de llenar la pantalla sin aparecer como demostró en Her (Spike Jonze, 2013). Delante de las cámaras desde que era un niña, Johansson se dio a conocer en 2003 con Lost in Traslation, la historia de aquellos dos personajes perdidos en el Tokio de Sofia Coppola. En aquella película, la actriz -que entonces tenía 19 años- ya aparecía con un micrófono en la mano cantando a Pretenders en un karaoke.

A la par que fue creciendo como actriz, Johansson ha ido haciendo paréntesis musicales en su carrera. En 2008 debutó como cantante con Anywhere I Lay My Head, un disco de versiones de Tom Waits que sin ser un disco excesivamente atractivo sí que mostraba la fuerza vocal de la actriz y un notable talento. A pesar de ello, aquel disco fue entendido más como el capricho de una estrella de cine que como una apuesta por desarrollar una carrera paralela sobre los escenarios.

Un año después, en 2009, la actriz volvió a la carga para sorpresa de todos publicando junto a Peter Yorn Break Up, un disco grabado en 2006 y que se adentraba en las distintas visiones de las relaciones sentimentales plasmadas a través de duetos. Un trabajo inspirado en los discos de Serge Gainsbourg y Brigitte Bardot que la crítica machacó sin reparos. Aquel no fue el último contacto de Johansson con el legado de Gaisbourg, en 2011 participó en From Gainsbourg to Lulu, el álbum del hijo del mítico trovador francés donde la actriz cantaba el fantástico Bonnie and Clyde.

Desde entonces la actriz ha grabado poco y todo relacionado con el mundo del cine. En 2012 estuvo nominada al Oscar por la canción Before my time, parte del documental Persiguiendo el hielo de Jeff Orlowski. En Her también destacó la bonita canción que cantaba con su compañero Joaquin Phoenix, un tema breve, sugerente y melancólico que encajaba a la perfección con la historia de la película.

Este mes Johansson ha vuelto a las tiendas de la mano de Yorn con un nuevo EP (Apart), un proyecto pequeño de cinco canciones a dúo. Un trabajo que lleva la firma y el sonido de su compañero de aventuras musicales y que vuelve a adentrarse en las relaciones, en este caso en su final, en las rupturas. Un disco con cierto encanto en donde la actriz brilla en la tierna Movies. Un nuevo paso en esa carrera musical que Scarlett Johansson persigue en sus ratos libres, como un pasatiempo inofensivo que deja la sensación de que en mejor compañía podría brillar más como sí que luce Zooey Deschanel junto a M. Ward.