Para José María Aznar
Madrid
Señor presidente, porque ese tratamiento nunca se pierde cuando se ha presidido el Gobierno: le imaginamos desolado, bajo los efectos del mazazo que le habrá supuesto la detención de Eduardo Zaplana, con quien tanto ha querido. Más aún cuando llueve sobre mojado después de Rodrigo Rato, de Jaume Matas y de tutti quanti, de modo que esa foto de familia del gabinete ante el Palacio de La Moncloa se ha convertido en un cuadro de deshonor, lleno de ovejas negras, sin que su señoría, que las apacentaba, se haya sentido obligado a dar las explicaciones del caso. Vale.