Defender la universidad pública

El sistema universitario público español necesita reformas y son muchos de sus profesores quienes antes las han reclamado. Pero una cosa es reformar un sistema que tiene serios problemas y otro, arrasar con él con la tan repetida excusa de que lo público siempre se politiza y deteriora sin remedio, mientras que lo privado florece impoluto y exitoso. Habrá que hacer lo necesario para mejorar el sistema público de universidades, pero sobre todo habrá que mantener y dotar de medios al sistema público de universidades y no dejarlo perecer a manos de quienes simplemente detestan lo público. Muchas veces asombra que quienes más critican el sistema de universidades públicas en beneficio de las privadas, sean precisamente aquellos que han compartido mesa y mantel con quienes han provocado los mayores escándalos en el uso indebido de lo público. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen. La universidad Rey Juan Carlos debe ser sometida a un escrutinio riguroso, los responsables de sus escándalos sancionados debidamente y sus prácticas sometidas en el futuro a la máxima transparencia. Todas las universidades públicas deben verse sometidas a la transparencia, a la crítica y a la mejora, sin lugar a dudas. Pero dicho todo eso, la sociedad española debe defender un sistema de universidades públicas con uñas y dientes porque en ese sistema radica parte de la imprescindible igualdad de oportunidades de la democracia.