El cuento de nunca acabar

Barcelona

Rajoy pide que no se politice el debate de las pensiones por intereses partidistas. Pero, sin ningún rubor, el lo politiza, haciendo chantaje a los demás partidos. Si quieren que algunas pensiones suban un poquito apruébenme los presupuestos. Sobre el problema de fondo ni una sola iniciativa, ni una sola propuesta de futuro. Si el presidente no ha entendido que subir las pensiones un 0,25 por ciento es una humillación a los pensionistas, ¿cómo puede afrontar el problema? El periodista Tom Burns, en su último libro, “Entre el ruido y la furia”, escribe: “El tiempo se encargará de juzgar las luces y las sombras de Mariano Rajoy en su paso por el poder. Entre las segundas figurarán el rechazo de la renovación y la negación de cualquier ejercicio rectificador”. Ahí está encallado el país.

El cuento de nunca acabar. Junts per Catalunya mantiene la candidatura de Jordi Sánchez y sigue resistiéndose a pasar del ruido, que cada vez tiene menos eco, a los hechos. El Pdecat se pliega a Puigdemont una vez más, cuando es ya un clamor dentro del propio independentismo que Cataluña necesita un gobierno ya. Pero Puigdemont sigue a su bola utilizando como arma de bloqueo la docena de fieles que coló en una lista que el Pdecat no supo gobernar. Quizás desde Bruselas y rodeado de aduladores no se percibe, pero la verdad es que el hartazgo por la demora crece dentro y fuera del independentismo. Y que la calle ya se mueve en otras direcciones.

Muere Stephen Hawking y hay cierta unanimidad en reconocer que si no obtuvo el Premio Nobel fue porque su predicción sobre la evaporación de los agujeros negros no ha sido confirmada por la observación. En los últimos tiempos sus palabras se tiñeron de pesimismo. La humanidad no vivirá mil años más si no consigue escapar de nuestro frágil planeta, había dicho. Y el desarrollo de una inteligencia artificial completa podría poner fin a la humanidad. Mensajes de un hombre cuya insólita capacidad de superación convirtió en referente mundial.