Florida Project

Florida Project es una película de niños, que es el género más difícil de todos, porque generalmente los niños son utilizados como espejo de los adultos. En esta película sin embargo toda la historia se pone al servicio de ellos, toda la historia trabaja para ellos. Y sales del cine pensando en varios asuntos importantes. El primero de todos es que la infancia suele acabarse cuando empiezas a distinguir la pobreza, y cuando la pobreza empieza a tener consecuencias. Las consecuencias son fáciles de adivinar porque al final de todo siempre hay un daño físico, un desgarro. Un niño deja de serlo cuando aprende a llorar por los mismos motivos que los mayores. Y sin embargo aun dentro de esa tristeza, hay una felicidad extraña y salvaje.

Toda la historia transcurre al lado de Disneyworld, que es como vivir al lado del cielo: puedes mirarlo e imaginar cómo será volar, pero no se puede tocar. Yo creo que hacer una película sobre desigualdad, sobre desamparo, sobre la ceguera del Estado que actúa tarde y actúa del revés, y situar un motelito así al lado del mundo Disney es bastante descriptivo. Pero la película es una fotografía bastante exacta de esa vida que, cuando llega a los periódicos, lo hace en forma de suceso. Y en los márgenes del suceso es donde está la propia noticia: mujeres solas criando hijas como pueden, hijos solos la mayor parte del día buscando algo qué hacer. Cuando salí del cine casi lloraba recordando el tiempo en que mi mayor preocupación era cómo llenar las horas. Esos eran los veranos y esa era la infancia, más corta cuanto más pobre. Y eso es todo lo que se termina siempre. Cuando los demás empiezan a hacer todo por ti, y toman decisiones que ni tú mismo sabían que se podían tomar.