¿La democracia o el Estado?
Josep Ramoneda reflexiona sobre la investidura en Cataluña, la reforma del estatuto en el País Vasco, la educación diferenciada y el marxismo
"¿La democracia o el Estado?"
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Barcelona
“Puede y debe haber una alternativa”, dice Rajoy para animar a Arrimadas a que se presente a la investidura en Cataluña. No sé si debe, pero lo que es seguro es que no puede ganar. Y Rajoy lo sabe: no suma. ¿Ganas de verla perder? El resentimiento circula por la escena política con intensidad desconocida. Los que se sentían propietarios del régimen no están acostumbrados a que les disputen territorio. Y es manifiesto que Ciudadanos ha cambiado el humor al PP. Hasta Rajoy ha dejado de ser el hombre tranquilo.
“La democracia se defiende cuando la atacan. Esta lección debe quedar para el futuro”, ha dicho Rajoy. Una frase que en otra boca sonaría a testamentaria. Un matiz: ¿La democracia o el Estado? No es exactamente lo mismo.
Podemos y Ciudadanos invitan al PSOE a su propuesta de reforma de la ley electoral y el PSOE da por hecho que no la apoyará si no está el PP. El corporativismo bipartidista que no cesa.
En el País Vasco vuelve a hablarse de reforma del Estatuto y de derecho a decidir. Los maliciosos ven en ello un simple movimiento táctico del PNV: objetivo proteger el cupo.
Escuelas de ricos y pobres. España entre los países de Europa que más segrega en las aulas y Madrid campeona en esta forma de desigualdad. Las políticas del PP y su fervor por la educación privada cunden. ¿No busca la izquierda problemas para su agenda? Aquí tiene uno, que el PP jamás afrontará.
Marx ha vuelto. El economista Patrick Artus, responsable de estudios de Natixis, uno de los grandes bancos franceses, ha escrito que “La dinámica del capitalismo es hoy la que previó Marx”. Una evolución en tres tiempos: La caída en la eficacia de las empresas en los países de la OCDE reduce el rendimiento del capital. Para no perder beneficios, las compañías compensan exprimiendo los salarios. Pero esta reducción tiene un límite: el salario de subsistencia. Y para mantener el rendimiento del capital recorren a la especulación. Una dinámica, dice Artus que conduce inexorablemente “al aumento de las desigualdades de rentas y a las crisis financieras”. Palabra de un representante genuino del capital.