Vergüenza nacional
Madrid
Qué vamos a pedirles a los ciudadanos en materia de modales si en el Parlamento los líderes políticos que gobiernan o aspiran a gobernar dirimen sus diferencias a base de insultos o chascarrillos. Uno abrevia el nombre de su oponente y otro denuncia al contrario como se insultarían los matones de barrio que desean lo peor para el enemigo de esquina. Es una vergüenza nacional que no haya paz en las palabras. Y cuando no hay paz en las palabras puede haber guerra en los hechos.