Austero y pragmático, como sus muebles
El fundador de Ikea, Ingmar Kamprad, muere a los 91 años. En medio siglo levantó una empresa que ha cambiado la mentalidad del planeta respecto al hogar
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A undated handout image made available by Swedish furniture giant IKEA, 31 August 2009 shows Ingvar Kamprad, founder of IKEA. Ingvar Kamprad has died at 91. / INTER IKEA SYSTEMS B.V./HO (EFE)
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Madrid
Austero, pragmático, emprendedor... Estos tres calificativos que definen a Ingmar Kamprad se pueden aplicar también a la compañía de muebles y objetos para el hogar que fundó en 1943, con el dinero que le dio su padre a los 17 años por los buenos resultados que obtuvo en los estudios. Kamprad, sin embargo, se definía como un autodidacta que aprendió el negocio con el contacto diario de clientes y proveedores. De hecho, a los cinco años ya vendía cerillas a sus vecinos y a los siete utilizaba una bicicleta para ampliar su mercado.
Hacía gala de una austeridad extrema: reconocía que compraba los productos al límite de caducidad en el supermercado de su pueblo y que vestía ropa de segunda mano adquirida en mercadillos.
Su identificación con Ikea era máxima, toda vez que utilizó sus propias iniciales para formar el nombre que completó con las de la granja en la que nació, Elmtaryd, y de la población donde está situada: Agunnaryd. Comenzó con una furgoneta de reparto de leche y tras seis años lanzó el primer catálogo de muebles en 1951. La primera tiena se abrió siete años más tarde. En 1986 dejó la dirección de Ikea para seguir como asesor y en 2013, tras la muerte de su mujer, anunció su decisión de abandonar el consejo de administración, que dejó en manos de uno de sus tres hijos.
Ikea factura casi 40.000 millones de euros al año, tiene unos beneficios de 2.500 y emplea a 190.000 personas en varias partes del mundo. Sin embargo, ha atraído el interés de la Comisión Europea por motivos fiscales después de que Holanda ofreciera a la multinacional unas rebajas sustanciales de impuestos respecto a sus beneficios.