¿De verdad hay que abrazarse al PP?

Cada vez que se construye la gran coalición en Alemania, veteranos y juiciosos dirigentes del PSOE acostumbrar a salir al escenario cargados de sabiduría para exigir al pipiolo que ahora manda en su partido que tome nota de lo que hacen los países importantes. Obviemos el debate teórico de a dónde lleva al socialismo pactar con la derecha, aunque para este Ojo está bien claro que solo conduce a su disolución en la tenaza insaciable del capitalismo más feroz. Un camino de la nada a la miseria.

Sorprende la actitud de los viejos socialistas, ciegos, al parecer, ante las diferencias entre uno y otro caso. ¿Alguien recuerda que se haya acusado a Angela Merkel de cobrar sobresueldos con dinero negro? ¿Que su partido se haya financiado con billetes de las alcantarillas, como hoy mismo, Ricardo Costa, vemos en Gürtel? ¿Tiene la líder alemana sentados en el banquillo a decenas de sus dirigentes, incluidos sus tesoreros?

Pactar una gran coalición con Mariano Rajoy significa, y no sirve de nada que ustedes cierren los ojos, que se blanquea la corrupción institucionalizada de ese partido, que es, exactamente lo que hace Ciudadanos. Ya tiene su aquel apoyar al PP en su política hacia Cataluña, aunque quizá lo exigiera así la gravedad de la situación, pero quédense los socialistas en ese escalón. El PP de Rajoy es un producto altamente tóxico.