La impunidad del fraude fiscal
Este Ministerio de Hacienda del que disfrutamos, con el ministro Montoro a la cabeza, no parece tener el menor interés en acabar con los sinvergüenzas que se aprovechan del sistema
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Vamos a poner dos datos muy sencillitos de entender uno junto al otro, a ver qué conclusiones podemos sacar de tal hermanamiento. Primera cifra: El Consejo de Economistas de España calculaba que Hacienda deja de ingresar 26.000 millones anualmente por el fraude fiscal, una cifra más bien conservadora. Segundo dato, que lo colocamos pegadito al anterior: la Agencia Tributaria contará este año con 2.789 trabajadores menos que en 2009, según los datos aportados por los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), que recuerda que España sufre un enorme déficit de casi 27.000 efectivos para luchar contra la economía sumergida con respecto al resto de Europa. O sea, que este Ministerio de Hacienda del que disfrutamos, con el ministro Montoro a la cabeza, sálvese quien pueda, no parece tener el menor interés en acabar con el fraude y los sinvergüenzas que se aprovechan, que es mucho más fácil atornillar hasta la extenuación a asalariados y autónomos, o incluso decretar hermosas amnistías fiscales para amigos y conocidos. Es mejor, como hace nuestro singular ministro, amenazar con los males del infierno a los ayuntamientos progresistas, véase Madrid, que tocar un pelo a los grandes defraudadores. Los técnicos de Hacienda lo tienen claro: hasta 40.000 millones podría recaudar el Estado si tuviera una inspección suficientemente dotada. ¿Cuántos dependientes, por ejemplo, podrían atenderse con esa cantidad que se escurre por las esquinas?